«Nunca releo mis libros, porque me da miedo», Gabriel García Márquez

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Cosas que los nietos deberían saber

El rayo verde de Comillas

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Si Mark Oliver Everett no hubiese tenido un hijo, seguiría pensando que iba en serio al ser preguntado si los tenía con eso de ir en directo a por los nietos. «A los nietos les ves los fines de semana. Y así tienes el resto de la semana para ti», explicaba en TV con su característico sentido del humor.

En su autobiografía, Cosas que los nietos deberían saber, titulada como la canción del disco por la que venía al caso la pregunta por la paternidad, el líder de Eels cuenta sus triunfos pero también narra cómo a sus miedos se le suman una serie de desgracias familiares de las que consigue salir. Que ya es. Con sus reflexiones, nos demuestra que se puede no perder la esperanza, que uno puede (y debe) seguir emocionándose ante lo bello y si eres un poeta, ya sabes… «Si las palabras se atraen, que se unan entre ellas», decía Halley. En definitiva, que no te queda otra que contar tu historia.


Como lo del libro lo veo poco probable, hoy quiero reunir recién cumplidos los 33, una serie de revelaciones que me han ido llegando y que me han ayudado a nivel autoestima, perseverancia, superación; palabras que se mencionan mucho en esta red.

  • «De lo que te cuenten nada y de lo que veas la mitad». Me lo dijeron al contar un cotilleo poco fundado. Y hoy, antes de abalanzarme, pienso en contrastar mis fuentes, no vayan la IA o las fake news a jugarme una mala pasada.
  • «Si quitas del montón y no pones, este se acaba». El cuento de la hormiga mezclado con «La suerte no existe, la suerte te la creas tú misma». Nada pasa porque sí.
  • Ojo con ir a hacer daño. «Crea poso». Piensa antes de hablar básicamente. Qué sabias son las madres y qué buena es la diplomacia para ahorrarte más de un disgusto.
  • «Il faut souffrir pour être belle». Esta es de mi abuela. Nada que ver con las interpretaciones actuales: iba de no abandonarse. Personalmente, me da seguridad ir arreglada.
  • «Quien pueda, que lo haga». No puedo con los envidiosos o los justicieros. Si Fulanito puede vivir de siesta bajo una palmera, QUE LO HAGA.
  • «La vida son dos días y uno está lloviendo». En un aperitivo resacoso, se me ocurrió decirlo delante de dos que al parecer estaban liados a escondidas. Hoy están casados. Ahora en serio: «no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio».
  • «Es el problema de saber tantos idiomas», me dijo de niña mi padre cuando le conté que se habían reído de mi acento. Evidentemente, no era políglota pero el aviso era que nadie nace sabiendo. Aprende y lánzate. Una recomendación muy apropiada de un señor que pone entonación al decir cereales Crunch, mostaza Dijon y allora hasta hacernos morir de risa.


¿Son estas las cosas que mis futuros nietos deberían saber? Estos son mis principios, si no les gustan me temo que no tengo otros.