«Quemó todos sus libros y, como un ermitaño, se retiró a una biblioteca pública», Elias Canetti

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Cambiar las ruedas de un camión en marcha

Marqués del Riscal

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Me encanta que se casen mis amigas. Primero, por lo evidente, me alegro por ellas y su nueva etapa en la que pienso que van a ser muy felices. Segundo, porque debo de ser de las únicas personas de la tierra a las que le gusta ir a bodas. Y tercero y quizá lo más importante, porque hay que (BROMA) hacer despedida de soltera: en mi caso, la mejor excusa con la que justificar y conseguir alinear los astros para hacer un viaje de amigas en los tiempos en los que de milagro consigues combinar hijos y familia con trabajo, vida social, autocuidado mental (leer) y físico (dormir) y no ir matándote por el camino. Pero París bien vale una misa porque de todos los libros del mundo, las mejores historias se encuentran entre las páginas de un pasaporte y, en el caso de nuestro país, basta con el DNI.

España: cada pueblo, cada ciudad, cada rincón recoge una arquitectura, un paisaje, una fauna, un clima, una gastronomía y unas personas de lo más singulares, atractivas y auténticas; una cultura de la que sacar vivencias, recuerdos y aprendizajes… Hasta empresariales.

Así me ocurrió el pasado fin de semana en la Rioja Alavesa donde encontré cómo la tradición bailaba al compás con el futuro y descubrí que una industria en apariencia analógica (me viene a la mente la recolección manual de la vendimia) y muy regulada (por la denominaciones de origen), puede ser capaz de ir transformando una manera de producir de siglos, sin renunciar a la esencia, y prosperar en este marco digital realizando un esfuerzo permanente de innovación a la vez que manteniendo a pleno rendimiento la operatividad del negocio.

«Es comparable con cambiar las ruedas de un camión en marcha» leo en Reinventar la empresa en la era digital de OpenMind. «Hace falta un modo de trabajo mucho más ágil y flexible, menos jerarquizado, de intensa comunicación transversal, mucho más abierto y colaborativo». Y aunque realmente hablaban de los desafíos de la banca y quien no estuviese por la labor de hacer los cambios (con la dificultad de mantener a la vez el día a día) desaparecería, cuando leí antes de ayer estas líneas, no me vino a la mente una app financiera, sino mi fin de semana de amigas entre viñedos y la bodega que visitamos que sirve como un perfecto ejemplo.

Herederos del Marqués del Riscal se fundó en 1858 por D. Guillermo Hurtado de Amézaga quien ostentaba el título y cuya única intención era hacer el mejor vino; de mayor calidad, personalidad y carácter. Unos años después, en 1895, conseguía ser el primer vino no francés en obtener el prestigioso Diploma de Honor de la Exposición de Burdeos. A este histórico logro, se le han ido sumando tantos otros y conociendo sus entrañas con la guía que nos hizo el tour, el edificio de Bellsolá, la plaza del reloj, El Palomar al estilo de las bodegas bordelesas, las salas de barricas donde se envejecen los vinos, botelleros; además del espectacular hotel diseñado por Frank O. Gehry, inicialmente pensado como oficina, y otras instalaciones, me di cuenta de porqué habían llegado tan lejos.

Jamás perdieron el foco; jamás renunciaron al cometido por el creador impuesto: darle a sus botellas un valor muy específico, hacer el mejor vino, alrededor del cuál todo debía girar. No liarse con otras iniciativas o menesteres y, por ello, pienso que optaron por optimizar:

  • La externalización (con los mejores): el hotel lo gestiona Marriot, el spa de vinoterapia lo lleva Caudalie y la propuesta gastronómica es del reputado chef Francis Paniego.
  • La automatización (con la tecnología más puntera): desde lo más sencillo como el etiquetado en los distintos idiomas (exportan el 65% de la producción) hasta las más complejas para la selección de la uva ideal con vibración, disponen de las últimas máquinas para unas fases muy precisas que seguro les ayudan a ser más eficientes bajo la atenta supervisión del enólogo y su equipo.

Tener una buena gestora o despacho que lleve legal o finanzas, usar programas de facturación como Holded, Factura Directa, Invoice Bee, CRMs como Hubspot, Pipedrive, Salesforce, plataformas como DocuSign o Signaturit para agilizar la firma de documentos… Cuando pensemos en digitalizar o innovar en nuestra empresa, antes de abrir una cuenta en TikTok o usar ChatGPT, analicemos donde la compañía, donde el talento del equipo, realmente aporta valor en el producto o servicio para que en todas esas tareas en las que no lo haga, se considere externalizar y automatizar.

«Es imperativo mantener una tensión continua de contraste y revisión de lo existente, de búsqueda, de prueba y error […]». Porque aunque un proceso de trabajo interno parezca funcionar, eso no significa que no pueda mejorar. Y si es complicado por tener que hacerlo en marcha, entre sí o no, mejor hacerlo sin frenos.

Por lo pronto y porque es viernes, resuman su día a día, sus to do’s, denle una vuelta a sus quehaceres (¿donde se aporta valor?), abran su mente y ábranse un vino. Después de la visita, tras apreciar y entender todo el trabajo que había detrás de una botella, así hicimos. Había que brindar por la excelencia, el foco, la pasión por las cosas bien hechas, la amistad, los futuros matrimonios y por la vida en general. Al fin y al cabo, era una despedida. Y hoy al fin y al cabo, es viernes y…

«El que al mundo vino

y no toma vino,

¿a qué vino?».